Usaquén es uno de los distritos de Bogotá, situado en el extremo nororiental. Se trata de una antigua población colonial absorbida por la urbe en la década de los 50 y que todavía conserva edificaciones de esta época con un bella mescla entre la arquitectura moderna y colonial de sus calles nos trasporta constantemente de un tiempo a otro, especialmente en algunas de sus haciendas.

Zona residencial de clase alta, la vida el barrio de Usaquén transcurre alrededor de la plaza del mismo nombre. Actualmente es un barrio bohemio en el que abundan las tiendas de antigüedades, galerías de arte y restaurante, fácilmente transitable a pie. Los Domingos y festivos acoge el Mercado de las Pulgas un rastro callejero que acentúa su sabor bohemio. En el siglo XVII el territorio hoy ocupado por la Localidad de Usaquén fue resguardo de las tribus Usaquén, Tibabitá, Teusacá, Tuisaque y Sauque, las cuales sembraban maíz y tubérculos y comerciaban con leña, orfebrería, tejidos y cerámica En el siglo XVIII se convirtió en una parroquia donde los españoles y sus descendientes comenzaron a habitar en grandes fincas.

A partir del siglo XIX se convirtió en el lugar de paseo de la elite bogotana y se consolidaron haciendas como Fusca, El Chico, Santa Bárbara y Santa Ana. En el siglo XX fue un municipio más campestre que urbano, fiestero, de pocos habitantes y vías en mal estado; un municipio que en la década de los 50 fue anexado a Bogotá. Y entonces empezó a cambiar.

Hoy por hoy Usaquén rompe con sus ancestros indígenas y se abre por completo al concepto de ciudad. Al lado de la explotación de canteras nacieron centros comerciales y conjuntos residenciales.